Comunicado a la opinión pública
CNV Internationaal, basado en nuestro propio Observatorio del Trabajo Justo que evidencia la existencia de trabajo forzado, se suma a las denuncias públicas realizadas por más de 30 organizaciones sociales e internacionales, incluyendo CONDEG y OXFAM, en contra de las violaciones de derechos humanos perpetradas por Industria Chiquibul Sociedad Anónima, empresa productora y comercializadora de productos de la palma de aceite, en las comunidades Indígenas Maya Q’eqchi ubicadas en su área de operaciones. Es urgente un diálogo social que incluya las voces de los trabajadores y las comunidades.
El pasado 17 de abril de 2024, el Consejo Nacional de Desplazados de Guatemala -CONDEG- se ha pronunciado con el fin de hacer visibles las violaciones de derechos, así como las condiciones de trabajo forzado que continúan presentándose dentro de las plantaciones y de las cuales la población indígena es la principal afectada.
Creemos fundamental señalar que el trabajo forzado constituye una grave violación laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Trabajo Forzado se entiende como cualquier situación en la cual personas están obligadas a trabajar en contra de su voluntad, mediante el uso de violencia o intimidación, o por medios más sutiles como una deuda manipulada, retención de documentos de identidad o amenazas de denuncia a las autoridades de inmigración.
De esta manera, como organización internacional que lleva años trabajando por hacer visibles las voces de los trabajadores, apoyamos las denuncias, avalados en los hallazgos de nuestro propio Observatorio del Trabajo Justo, con el que, en este 2024 hemos evidenciado que, de 64 trabajadores de Chiquibul que han participado, el 98% de ellos, hacen parte de grupos étnicamente diferenciados y reportan situaciones en donde se violan los derechos laborales en casos como el abuso de las condiciones de trabajo, el no reconocimiento económico de horas extraordinarias laboradas y precarias condiciones de salud y seguridad en el trabajo.
En especial se ha evidenciado que el 67% de estos trabajadores gana menos de un salario mínimo legal en Guatemala, el 88 % indica que se les obliga a superar el máximo legal de jornada laboral. Por otro lado, 78% menciona que asisten al trabajo bajo amenazas relacionadas con despidos injustificados, sanciones y retenciones salariales y pérdida total del trabajo. Por otra parte, en el Observatorio del Trabajo Justo se han reportado indicios de presencia de trabajo infantil, situación que está apoyada además en adjudicación oficial de CONDEG.
Por esta razón nos sumamos a la petición dirigida a los Estados Unidos, especialmente a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, para que consideren un posible embargo de importación de los productos de palma de aceite y sus derivados, con el fin de que se ponga un freno urgente a las prácticas de trabajo forzado en las plantaciones de Industria Chiquibul. Esta solicitud de embargo puede ser un camino que permita mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Estos planteamientos nos exigen recordar a los multiactores de la cadena de la palma de aceite la necesidad y obligación de responder a la debida diligencia de las grandes empresas para garantizar prácticas laborales justas y éticas en toda la cadena de suministro. Esto incluye a todas las empresas que compran productos de Chiquibul.
Esperamos confiadamente que el actual proceso de certificación que está desarrollando RSPO para Industrias Chiquibul contemple el contexto actual, en materia de derechos humanos y condiciones laborales y que haga cumplir los principios de sostenibilidad que exigen un respeto por las y los trabajadores.
Desde CNV Internationaal queremos hacer énfasis en la urgencia de un diálogo social honesto y transparente que aborde las condiciones laborales y las vulneraciones de derechos que se están presentando dentro del sector de producción de la palma de aceite y que incluya, empresas, gobiernos y trabajadores.
Fecha de publicación 08 05 2024